miércoles, 3 de abril de 2019

Las Familias de Hoy Parte II


Este mes, en nuestra catequesis de la familia, continuamos reflexionando el episodio del niño Jesús perdido y hallado en el templo.


José y María buscan a Jesús llenos de angustia. El Evangelio no deshumaniza el corazón del hombre, sino que respeta y da voz a los sentimientos, cuando lo encuentran es María la que pregunta:

“Hijo, ¿Por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te hemos andado buscando llenos de angustia” (Lc 2,48)

El hijo es siempre un hijo y, como tal, siempre ha de ser llamado, reconocido y amado. A los hijos hay que preguntarles siempre, nunca hay que acusarlos o condenarlos. María pregunta a Jesús a nombre propio y de José, lo importante no es si lo hecho está bien o mal, sino la relación entre ellos, padre y madre e hijo, la paternidad y la maternidad en relación con los hijos.

El Papa Francisco afirma que ambos contribuyen de manera distinta a la crianza de los niños. “Respetar la dignidad de un niño significa afirmar su necesidad y su derecho a tener una madre y a un padre”. No se trata solo del amor del padre y de la madre por separado, sino también del amor entre ellos, fuente de la existencia y fundamento de la familia. 


La que habla es María, a nombre de su esposo, porque no podemos negar la singularidad de la relación de la madre con su hijo concebido y llevado en su vientre: es ella la que “acompaña a Dios para que se produzca el milagro de una nueva vida” (AL 168)


María habla a Jesús y al mismo tiempo, es intermediaria de José, reafirma la paternidad. El pasaje evangélico nos hace ver en el padre el signo de la paternidad de Dios.

Sin embargo en nuestros días estamos viviendo una “sociedad sin padres”, una figura desvanecida de padres ausentes, si María y José logran relacionarse como madre y padre con Jesús, es porque en la base está viva su unión conyugal.

La crisis fundamental que las familias de hoy en día atraviesan es la falta de afecto entre los cónyuges, que después se extiende a todas las demás esferas. Las personas pasan de una relación afectiva a otra, creyendo que el amor, como las redes sociales se puede conectar o desconectar al gusto o incluso bloquearse.


Se ha generado una “cultura de lo provisorio”, donde todo es descartable, cada uno usa y tira, gasta y rompe, aprovecha mientras sirva y después, adiós. Esto pasa con los objetos materiales y se ha trasladado a las relaciones afectivas.

Ante estas situaciones, la Familia de Nazaret se convierte en un faro que no es ideal, sino real, porque también ella enfrenta problemas y en los acontecimientos de su vida nos muestra la alegría del amor que se vive dentro del hogar.


La Sagrada Familia nos muestra cómo, los acontecimientos críticos de la vida, son una fuente inagotable de gracia y santificación para el mundo entero.

Cfr. El Evangelio de la Familia Alegría para el Mundo

IX Encuentro Mundial de las Familias
Dublín Irlanda 21-26 de agosto 2018.

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