martes, 5 de febrero de 2019

Familia y Comunidad Cristiana


En la catequesis sobre la familia de este mes, reflexionamos acerca del vínculo entre la familia y la comunidad cristiana. La Iglesia es una familia espiritual y, la familia, es una pequeña Iglesia.

La comunidad cristiana es la casa de quienes creemos en Jesús como fuente de fraternidad entre todos los hombres. La Iglesia camina en medio de los pueblos, en la historia de los hombres y las mujeres, de los padres y las madres, de los hijos y las hijas: esta es la historia que cuenta para el Señor.

Los grandes acontecimientos de las naciones se escriben en los libros de historia. Pero la historia de los afectos humanos se escribe directamente en el corazón de Dios; y es la historia que permanece para la eternidad. La familia es donde se inicia la historia de una vida plena, que terminará con la contemplación de Dios por toda la eternidad en el cielo.


El Hijo de Dios aprendió la historia humana por esta vía y la recorrió hasta el final: nació en una familia y vivió durante treinta años esta experiencia. Después al dejar Nazaret y comenzar su vida pública, Jesús forma en torno a sí una comunidad, una asamblea, es decir una con-vocación de personas. Este es el significado de la palabra Iglesia.

La asamblea de Jesús es una familia acogedora, no es una secta exclusiva, cerrada: en ella encontramos a los apóstoles y a los discípulos, pero también a quien tiene hambre y sed, al extranjero y al perseguido, la pecadora y el publicano, los fariseos y las multitudes.

Para que esta realidad de la asamblea de Jesús esté viva en el hoy, es indispensable reavivar la alianza entre la familia y la comunidad cristiana. La familia y la parroquia son los dos lugares en los que se realiza esa comunión de amor, que encuentra su fuente última en Dios mismo.


Una Iglesia de verdad, según el evangelio, debe tener la forma de una casa acogedora, con las puertas abiertas.

Reforzar el vínculo entre familia y comunidad cristiana es hoy indispensable y urgente, se necesita una fe generosa para volver a encontrar la inteligencia y la valentía para renovar esta alianza.


Todos tenemos que ser conscientes que la fe cristiana se juega en el campo abierto de la vida compartida con todos: la familia y la parroquia tienen que hacer el milagro de una vida más comunitaria para toda la sociedad.


Cfr. Audiencia Papa Francisco 9 de septiembre del 2015.

No hay comentarios:

Publicar un comentario